Cuando se habla de familias tipográficas hace referencia a una colección de caracteres que comparten rasgos de diseño comunes. Parten del mismo diseño básico y se denominan igual, aunque cada miembro de la familia puede variar en ancho, peso o estilo.
Las familias tipográficas son también conocidas como familias de fuentes, definiendo el término de fuente como:
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Normalmente, una familia tipográfica incluye cuatro variantes, que son: regular, cursiva, negrita y negrita cursiva, pero hay familias que no tienen todas y ellas e incluyen otras como puede ser la versalita.
A continuación, se van a detallar cada una de estas variantes junto con su utilización:
Una tipografía es considerada regular cuando la letra tiene su forma básica. Esta variante tipográfica se usa normalmente en el cuerpo del texto.
Se refiere a la letra cuyos caracteres adoptar una forma curva dando la sensación de unión con la siguiente letra.
Se suele emplear para dar énfasis a una palabra u oración, señalar las palabras que no son propias del léxico español, nombrar obras literarias, títulos de películas, etc.
Esta variante tipográfica se caracteriza por tener un trazo más grueso que la letra básica. Su uso se centra en títulos, epígrafes, voces en diccionarios, resaltar palabras y llamar la atención del lector.
En este caso se unen dos variantes tipográficas (negrita y cursiva). Se suele utilizar para los títulos o para alguna subdivisión del texto.
Tiene la forma de las mayúsculas pero con un tamaño cercano al de las minúsculas. Su uso se centra en los nombres de bibliografía o dentro de una cursiva. En ocasiones, también se utiliza para las siglas.